En sus cuatro extremidades tiene garras muy afiladas. Lleva el pelo enmarañado la piel y las plumas sucias y las garras mugrientas con posibles enfermedades e infecciones. También se les atribuye diarrea crónica por eso su fuerte hedor.
Es el olor lo que suscita mas comentarios, siempre precede a estas criaturas graznantes , advirtiendo de su presencia, y flota a su alrededor como miasmas. Puede causar nauseas y arcadas, lo cual lo convierte en un arma muy útil para desorientar a sus presas.
Las arpías suelen merodear en bandadas de entre 20 y 30 individuos en busca de almacenes e alimentos sin vigilancia, banquetes al aire libre o picnics y suelen rebuscar en los vertederos.
Estos seres se destacan pos su insaciable apetito.
Los griegos creían que los dioses las habían hechizado para que estuvieran perpetuamente hambrientas.
Probablemente sea su apetito otra causa, el vuelo consume muchísima energía y para mantener el rápido metabolismo que exige, las arpías necesitan una cantidad ingente de combustible. De ahí su hambre voraz.
A lo largo de los siglos, se han atribuido a las arpías varios poderes y atributos sobrenaturales.
Homero dijo que eran como los vientos que se llevan a los humanos, y solían asociarse con los vientos de tormenta.
Las arpías están emparentadas con las “aves-alma” (bai) del antiguo Egipto(extintas en el año 1300 a. c.); la murgh-i-adami del mundo islámico, la enorme kura ngaituku de los maoríes, en Nueva Zelanda, la bagini australiana, violadora de hombres y con las Erinias griegas, las valquirias noruegas pueden tener un parentesco más lejano.
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