Era la criatura más hermosa y encantadora que había visto en mi vida.
Todos los días sin falta, la espiaba secretamente mientras me ocultaba detrás de los arbustos, mientras ella caminaba por la avenida tan agraciadamente como una modelo camina por la pasarela.
Con el tiempo comencé a obsesionarme en su persona. Todo lo que salía de ella era misterioso, hermoso y seductoramente impresionante para mí.
Después de mucho tiempo de intensa investigación, logré descubrir que se llamaba Michel. Tenía 18 años, y estudiaba en la misma escuela que yo.
De inmediato averigüé el número de su casillero, cuáles eran sus clases, su historia académica e incluso investigué su círculo familiar. Era como si yo fuera un detective y ella la ladrona más peligrosa del mundo. La ladrona que se había robado mi corazón.
Sus padres se llamaban Marco y María respectivamente, y tenía una hermana menor que tenía 8 años, llamada Gina.
Justamente esa niña llamó mi atención: Ella, al ser su hermana, podía revelarme valiosa información acerca de la vida privada de Michel. Si jugaba bien mis cartas, quizá podría aprovecharme de la temprana edad de Gina, y así sacarle información… Como dije anteriormente, estaba obsesionado en conocer a la perfección cada detalle de la vida de Michel, y Gina podría contarme varias cosas...
Pensé en la mejor manera para ganarme la confianza de una niña de 8 años. ¿Cómo iba a ser mi primer acercamiento? ¿Qué haría para sacarle información?
- Hola amiga, ¿Cuál es tu nombre? –le pregunté aquella mañana en el parque frente a su casa.
- Gina. –dijo la niña entrecortadamente, estudiándome con sus pequeños ojos marrones. Cuando la vi, un ataque de ternura invadió mi corazón. Tenía los mismos enloquecedores ojos de miel que su hermana.
- Hola Gina… ¿Quieres un dulce?
Ganarme la amistad de Gina fue muy sencillo. Tan solo necesité obsequiarle un par de regalos, y terminé ganándome su confianza y su amistad completamente. Cuando charlábamos, Yo me comporté estupendamente, alegre, generoso, e incluso cariñoso. Como si fuera el hermano mayor que ella siempre quiso tener. Sabía que si lograba ganarme toda su confianza, no habría nada que se interpondría entre ella y la información que buscaba.
- ¿Y cuál es tu pasatiempo favorito, Gina? –le pregunté pronunciando su nombre con dulzura.
- Me gusta escuchar música, ver televisión y jugar con muñecas.
- ¡Oh! ¿Enserio? –dije fingiendo sorpresa- ¿Pero juegas sola? ¿No tienes ninguna hermana en tu casa con quién jugar? – dije, tratando de sacar el tema que quería sacar.
- Si tengo una hermana, pero es mayor, y ya no le gusta jugar con muñecas.
- Entonces, si no juega contigo ¿Qué es lo que ella siempre hace?
- Mmmm, ella se va de la casa como a las 5:00 pm, y llega muy tarde en la noche.
- ¡Oh! ¿Enserio? ¿Y tú sabes a donde va, o con quién? –increpé con curiosidad.
- Siempre sale junto a un hombre que se llama Bruce – me dijo rápidamente. “¡Oh, maldición! ¡Quizá el tal Bruce sea su novio!” Pensé con rabia y desesperación. Mi puño cerrado comenzó a temblar como un vibrador.
- ¿Y tú sabes si Bruce es novio de Michel? – le pregunté instantáneamente. Gina abrió los ojos y comenzó reírse nerviosamente, con la misma incomodidad que todos los niños expresan si les hablas de amor.
- Mmmm, y a ti, ¿Te gusta mi hermana Michel? –preguntó Gina mientras soltaba risitas traviesas. Mi alma se congeló en ese momento. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
- ¿Qué te hace pensar eso, Gina? –le pregunté con chispas en los cachetes.
- Siempre preguntas sobre ella, y noté que te pusiste furioso cuando hablé de Bruce. Además, preguntaste si él era su novio demasiado rápido – Bajé la cabeza y miré fijamente a Gina. Me había equivocado al subestimarla… Era obvio que la pequeña gozaba de una viveza e inteligencia muy avanzadas para su edad. Ella había adivinado mi más grande secreto solo observando cuidadosamente y deduciendo con inteligencia. Debía ser más cuidadoso cuando me este manejando con la pequeña, si quería mantener mis secretos a salvo.
- Mmmm, no me gusta – dije detenidamente. No estaba mintiendo, era verdad, no me gustaba Michel, pero la amaba. La adoraba con toda mi alma. Sin embargo no podía decírselo a nadie, mucho menos a su hermana. Gina se paró justamente delante de mí, y me dedico una sonrisa.
- ¿Por qué no decides hablar con ella? Recuerda, hablar es la mejor manera para comenzar una relación –dijo despreocupadamente, como si no hubiera escuchado que le dije “no me gusta”
De repente, sentí como si yo fuera el niño de 8 años y ella la niña grande que estaba jugando conmigo. Finalmente, decidí confesarle a Gina lo que sentía.
- Mmmm, yo la quiero, pero es complicado, ella es mayor por 1 año, ya sabes, además soy muy tímido para siquiera decirle hola… Además, seguro que es novia de el tal Bruce…
- ¡No es cierto! –dijo la niña vivazmente- Bruce tiene setenta años, no creo que a Michel le guste él…
- ¿Qué? ¿Un anciano de 70 años? ¿Qué hace Michel con un hombre tan viejo todas las noches? - grazné, perplejo.
- No lo sé, Bruce siempre habla de sacar al hijo que Michel tiene en su vientre, pero mis papás no están convencidos de efectuar el aborto.
Me quedé helado como una estatua ante tal revelación. No podía creer lo que mi mente me susurraba… Mire a Gina, pero antes que pudiera abrir la boca unos gritos nos interrumpieron.
- ¡Gina! ¡Gina! Ya es hora de volver a casa, vámonos. –se escuchó a lo lejos.
- Lo siento, debo irme, mi niñera está llamándome –dijo Gina rápidamente- pero antes de marcharme, ¿Me puedes decir tu nombre? – preguntó dulcemente. Otra vez me asombré de su precoz inteligencia. Mi verdadero nombre era Andrés, pero yo, adelantándome a su plan, sabía que si le decía mi nombre real, de seguro se lo contaría a Michel, por eso le dije un nombre falso.
- Jasón –le dije. Ella sonrió y se despidió con la mano.
- ¡Adiós Jasón!
Apenas la chica se fue, comencé a reflexionar sobre la información que había conseguido. Al instante recordé la frase más importante y la que más llamó mi atención. “Bruce siempre habla de sacar al hijo que Michel tiene en su vientre…” dijo Gina. ¿Significa esto que Michel está embarazada, y el anciano propone sacar al bebe? Eso es muy lógico, ya que el embarazo en la juventud nadie lo quiere. Y otra pregunta mucho más intrigante y escalofriante ¿Por qué Michel se habrá embarazado de un hombre semejantemente mayor?
Mi cerebro, abarrotado de confusión y desconocimiento, solo reconocía una verdad pura. Yo, enamorado locamente de Michel, estaba aterrado por la nueva noticia del embarazo.
Sin embargo y a pesar de todas mis tristezas, mis sentimientos hacia Michel no cambiaron. Y eso porque todavía tenía dudas de la veracidad de las palabras de Gina. Después de todo, no podía confiar en lo que una niña de 8 años me dijera… Sin embargo, investigaría el asunto.
Los siguientes días, en la escuela, seguí espiando Michel, oculto entre los arbustos. Pero ahora no la espiaba para contemplar su belleza, como antes, sino porque ahora necesitaba averiguar si estaba embarazada de verdad.
Después de observar minuciosamente, concluí que su vientre no tenía cúmulos de grasa “humana” apreciables desde afuera. Sin embargo esta no era prueba suficiente para mí, así que continué observando.
Le pagué dinero a uno de los porteros de la escuela para que me informe si Michel entraba al baño de chicas seguidamente. La razón de esto era porque sabía que las embarazadas vomitaban con frecuencia, así que si Michel estaba embarazada, era lógico que sus entradas al baño incrementaran anormalmente. Sin embargo, después de una semana, los informes del portero indicaban que Michel no había entrado al baño ni una sola vez en estos 5 días. Esto era alentador… pero aun no era prueba suficiente para mí.
Los siguientes días fueron una pesadilla. Cada vez que veía a Michel en el pasillo de la escuela, mi pervertida imaginación me mortificaba con imágenes incómodas de un anciano violador y una joven hermosa solos toda la noche en el asilo. Casi vomito de la rabia y el asco.
Muchas noches no pude evitar llorar en mi almohada. Tenía una herida mortificante en el alma y en el corazón. Si me enteraba que Michel se había embarazado, no sabía que actos criminales podría cometer en mi locura…
Sin embargo, una noche recibí una llamada telefónica que cambiaría las cosas.
- Hola
- Hola, Andrés, ¿Cómo estás? –preguntó una voz masculina en el otro lado del auricular.
- ¡Hola, Jasón! Estoy bien, ¿y tú? – Jasón era uno de mis mejores amigos, y uno en el que más confiaba. Sin embargo, me sorprendía que llamara tan tarde de noche.
- No estoy muy bien, Andrés. A decir verdad, estoy aterrado.
- ¿Qué paso? –le pregunté con impaciencia y un poco nervioso.
- Mira, ¿Recuerdas a esa chica grande que te gusta? ¿Esa que está en secundaria superior?
- ¿Michel? –le pregunté casi gritando. Mi corazón comenzó a latir con muchísima fuerza.
- Oye, no tienes que gritar, me lastimaste el oído.
- ¡Olvídate de tu oído! ¡Tienes que contarme que pasa con ella! –le dije mas rugiendo que hablando.
- Ok, tranquilízate. Mira, hace unos 10 minutos recibí una llamada telefónica de Michel. Cuando me hablo, ella me dijo que “sabía lo que yo sentía por ella” y que quería que nos reuniéramos pronto para hablar al respecto de mis sentimientos y los de ella.
- ¿Qué? ¿Y tú que le dijiste? –dije atónito, sin dar crédito a lo que escuchaba.
- Yo rápidamente le dije que no sentía nada por ella, que se había equivocado de hombre, pero ella no me creyó e insistió que nos reuniéramos al día siguiente en el parque “La Rose”. Dijo que podría tomarlo como “nuestra primera cita”
Simplemente mis oídos no podían creer lo que estaban escuchando. “¿Michel, enamorada de mi mejor amigo Jasón?” Era sencillamente increíble, pero tal vez real.
Me senté en mi cama, sin esfuerzo y llevado por el viento, y casi empecé a llorar. Por un segundo sentí como el universo se caía, como mi corazón se consumía así mismo hasta ser una abominable y mortificada materia gris.
Primero me mortifica cuando descubro que está embarazada de otro hombre, y luego me tortura cuando invita a mi mejor amigo a salir.
Fue entonces cuando una luz se iluminó en mi cerebro. Cuando dentro de mis borrosos y nebulosos recuerdos mi cerebro recuperó un detalle importantísimo de mi conversación con la hermana de Michel.
- Andrés, ¿Por qué te estás riendo? –preguntó Jasón por el teléfono. Ignorando sus preguntas, Yo continué riéndome de felicidad.
- Jasón, no te preocupes, todo esto es un gran malentendido. Michel no quería hablar contigo. –dije entre carcajadas vigorosas.
Todo se aclaró en mi mente cuando recordé el día en el que había hablado con Gina, la hermana menor de Michel. Cuando me preguntó mi nombre, yo le había engañado diciendo que mi nombre era Jasón. Michel había llamado a Jasón porque su hermana le había contado que “Jasón” era el nombre de su admirador secreto. ¡Por supuesto!
En esos momentos, yo me di cuenta que mi estupidez era seriamente preocupante. ¿Cómo pude haber sido tan imbécil como para usar el nombre de mi mejor amigo como escudo? Ahora Michel pensaba que Jasón era quien hablo con Gina, en lugar de yo. Ese fue un error garrafal, y el resultado terminó siendo un enredo tremendo.
- No entiendo que quieres decir –me dijo Jasón desde el otro lado del teléfono, todavía confundido por la situación.
- Mira, todo esto es un tremendo malentendido –dije con aire tranquilizador- Michel en realidad quiere verme a mí, ella deseaba contactarse conmigo, pero por una gran confusión, ella pensaba que mi nombre era Jasón, por eso tu recibiste mi llamada. –explicárselo me hizo sentir un gran alivio.
- Sabía que esto pasaría –dijo Jasón con voz ronca y tambaleante.
- ¿Qué cosa? –pregunté con curiosidad.
- Sabía que tú te pondrías tan celoso de mí, que simplemente no querrías aceptar la verdad. Mira Andrés, eres mi amigo y realmente te aprecio, pero no deberías inventar historias para quitarme a mi chica.
- ¿Tu chica? –dije rugiendo tan ferozmente que sentí como el suelo temblaba bajo mis pies.
- Sé que te enamoraste muy enserio de Michel, que incluso te pasabas horas mirándola y realmente te parecía la mujer más bella del mundo. Pero no deberías haber inventado cualquier tontería para separarme de ella.
- Ustedes no están juntos, es todo un mal entendido –dije chirriantemente.
- Yo y ella ya estamos juntos, Andrés, ella ya es mi novia…. –dijo rápido y muy firmemente. El teléfono estuvo a punto de resbalarse de mis manos…
- ¿Qué? –dije estupefacto.
- La llamada que ella me hizo, fue hace una semana. Y yo decidí aceptar la cita. Al día siguiente acudí al parque, y la encontré sentada en un banquito, esperándome. Ella estaba muy triste y desconsolada por unos problemas familiares, y necesitaba de alguien que la escuche y la consuele. Yo hice las dos cosas. Después una semana saliendo juntos, conociéndonos y consolándonos el uno al otro, hoy en la tarde yo le pregunté si quería ser mi novia, y ella me dijo que sí con un beso en la boca. Nos amamos el uno al otro, Andrés, espero que lo entiendas.
- ¡Eres un mentiroso de mierda! –le grité escupiendo en el auricular – No soy tan estúpido como para creerme tu cuento. Cuando me llamaste, tú me dijiste que Michel te había llamado hace 10 minutos, y ahora me sales con el cuento que te había llamado hace una semana.
- Sabía que tú te enfurecerías, y que inventarías una historia tonta para romper mi compromiso. Por eso te dije que me había llamado hace 10 minutos, por si me decías una historia tonta, yo podría responderte con la verdad.
- ¿Entonces por qué carajos me llamaste? –le grité tan furiosamente que sentía que mi garganta estaba a punto de explotar.
- Sentí que como buen amigo deberías saber la verdad. Era mejor que yo te lo diga ahora que tú te enterarás por tus propios medios. – Sentía algo horrible e inexplicable por dentro. Un agujero en mi alma por el cual salían secreciones malévolas de sentimientos perversos. Una extraña combinación entre ira, celos, desesperación e inquietud.
- ¿Entonces no me crees a mí, que soy tu mejor amigo? –le recriminé- Te digo la verdad, yo soy quién Michel estaba buscando desde el principio, yo soy su admirador secreto, yo soy el hombre que la ha amado desde que la vio… ¿A ti desde cuando te empezó a gustar, Jasón?
- Desde que me habló ese día en el parque. Desde que vi sus lágrimas correr por sus enloquecedores ojos miel –sentí que un estacazo atravesó mi corazón cuando escuché mi frase de amor salir de los labios de Jasón. Yo debería haber sido el que haya consolado esos enloquecedores ojos miel al llorar, no Jasón. No le correspondía- Lo lamento, Andrés, pero es así.
- Debes creerme… yo soy quien ella busca. Si no me crees eso, debes creerme esta otra cosa que te voy a decir… -tomé aire y cerré mi puño- Tu novia está embarazada.
- ¿Qué dices Andrés? – preguntó con un aire de sorpresa más cómico que enojado.
- Su hermana me lo contó. Por más raro y tonto que parezca, averigüé que Michel tuvo relaciones sexuales con un anciano de 70 años, y que ahora está embarazada de él. ¿Por qué crees que tiene esos problemas familiares de los que me hablaste? ¡Es porque está embarazada! – Lo siguiente que oí fue un desfile de carcajadas simultaneas, cada una ligeramente forzada pero con sentimiento.
- Estoy decepcionado de ti, Andrés. Creí que tomarías la situación como un adulto serio, que serías buen amigo y no joderías la hermosa relación que tengo con ella. Pero ahora veo que esperé mucho de ti. ¡Patético! Adiós.
Lo siguiente que escuché fue el “tin” de un teléfono colgado.
- ¡Mierda! ¡Eres un cojudo, Jasón! –grite con rabia al teléfono sordo.
Si hubiera sido un muchacho inteligente y maduro, hubiera colgado el teléfono, luego me hubiera acostado en cama, para dormir tranquilamente toda la noche. Al día siguiente, ya hubiera borrado a Michel de mi mente, corazón, y alma. Sin embargo, como yo no era inteligente, y si un idiota cazador de sentimientos, continué aferrado a mis esperanzas nulas.
Un día después de mí conversación con Jasón, decidí hacerle una visita a Michel. Corrí hasta llegar a su casa, y cuando estuve frente a su puerta, toque el timbre. Una señora alta, rubia de ojos verdes, fue quien me abrió. Era María, la madre de Michel.
- Hola ¿que desea? –me preguntó.
- Hola, quisiera saber si Michel está en casa. –le dije.
- No, ella ha salido. ¿Qué quería decirle?
- Solo le dejo esta carta –extendí mi mano y deposité mi carta en las huesudas manos de la señora.
Sabía que era un error seguir amando a Michel. Ella estaba embarazada de un anciano. Ella era novia de mi mejor amigo. Pero también ella era una chica sola y desamparada. Por eso quiso acudir a mí, para que la consolara y yo fuera los dedos que limpiarían sus lágrimas. Por una tremenda confusión, Jasón fue quien tomó mi lugar y me robó a Michel. Yo debía corregir ese error. Y haría cualquier cosa para hacerlo.
- ¿Cuál es su nombre, joven? –me preguntó la señora. Yo me pare firmemente, y le dediqué una sonrisa maléfica.
- Mi nombre es Jasón, Jasón. – al decir eso, casi me parto de la risa ante la monumental ironía. Si Jasón había robado mi identidad en el proceso de conquistar a Michel, yo tenía el derecho moral de hacer lo mismo con él.
- Muy bien, se lo diré a Michel.
- Adiós señora, que tenga un buen día.
Esa carta era de vital importancia para poner las cosas en su lugar. En ella había escrito mi mail, para que Michel pueda contactase conmigo, y también un pequeño mensaje. Aun recuerdo cuando la escribí.
Querida Michel:
“Tal vez no sepas quien soy yo, pero yo sé quién eres tú. Te escribo esto para decirte que te amo, te amo con todo mi corazón. Sin embargo, soy muy tímido para expresarlo, por eso te lo confieso en forma de letras. Estos últimos días, he pensado en decirte lo que siento, en mostrarte a ti quién soy, y dejar de ser esa sombra humana que te observa todos los días en la escuela, y se llena el alma de placer contemplando tu increíble belleza sobrehumana. En un desesperado intento por conocerte más a fondo, una tarde en el parque tuve una pequeña conversación con Gina, tu hermana. Desafortunadamente, alguien que también se llamaba Jasón, igual que yo, te engaño para hacerte creer que él era el chico que tú estabas buscando. Ese es tu falso y mentiroso novio. Para probártelo, te haré una pequeña proposición. Encuéntrame el martes a las 5:00 pm en el parque frente a tu casa. Lleva a tu hermana menor, Gina, y cuando me vea ella te dirá que fui yo con quien tuvo la conversación con ella. Sé que hubo una gran confusión, una mezcla de sentimientos, pero yo aun estoy dispuesto a amarte con toda mi alama, si me das una pequeña oportunidad.
Te estaré esperando en el parque. Será como “nuestra primera cita”
Te amo…
Jasón.
Un par de días después, ocurrirían dos cosas importantes que cambiarían mi vida completamente…
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